Desde hace ya algunos años, los coches incorporan dispositivos anti-whiplash. El whiplash podría traducirse al castellano como “latigazo cervical” y su funcionamiento puede verse perfectamente explicado en este vídeo publicado por Volvo:
Como puede apreciarse en el vídeo, en caso de choque trasero, los asientos delanteros se pliegan hacia atrás para proteger las cervicales tanto del conductor como del acompañante.
Este dispositivo, tan útil para los ocupantes de los asientos delanteros, puede ser letal para los niños si viajan en una silla a contramarcha apoyada o bloqueada con el asiento trasero. Ello es así porque a no ser que las instrucciones del fabricante mencionen lo contrario, la silla infantil nunca debe estar en contacto con el asiento delantero.
Lo que marca la normativa de homologación es que debe respetarse una cierta distancia con el asiento delantero para que en caso de impacto la silla tenga espacio para flexionar, amortiguar el golpe y volver a su posición inicial:
Así pues, es imprescindible dejar espacio entre el asiento delantero y la silla infantil porque en caso de choque por alcance el respaldo del asiento se va a desplazar y puede golpear violentamente la silla infantil:
Una silla mal instalada no va a proteger al bebé en caso de impacto, y este es un ejemplo más de lo necesario que es consultar las instrucciones del fabricante e instalar la silla correctamente.