La Dirección General de Tráfico (DGT) ha llevado a cabo otra campaña para controlar el uso del cinturón de seguridad y los sistemas de retención infantil. Durante siete días, del 11 al 17 de marzo, se inspeccionaron 416.926 vehículos en todo el país, pero los resultados no fueron positivos. A pesar de que usar adecuadamente los sistemas de retención infantil reduce significativamente el riesgo de lesiones graves o muerte en accidentes, se encontraron 317 niños sin estos dispositivos de seguridad o usándolos incorrectamente, uno más que el año anterior.
Es preocupante que tantos niños viajen en automóvil sin la protección adecuada, lo que pone en peligro sus vidas. Esto refleja una falta de conciencia sobre la importancia de estos dispositivos de seguridad en el año 2024. Es necesario tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad de los niños en el automóvil.
La Alianza Española para la Seguridad Vial Infantil (AESVi) de la que la Fundación Smart Baby es miembro y su Presidente, Josep Maria Vallès, su Director Económico, propone varias acciones:
1. Educación para padres, madres y cuidadores sobre la importancia crucial del uso adecuado de los sistemas de retención infantil en el automóvil. Los resultados de la campaña de control de sillas de auto destacan que muchas familias aún no comprenden plenamente esta importancia. Además, el proyecto Baseline revela que el 54% de las familias españolas no utiliza correctamente estas sillas. Por lo tanto, es esencial que las autoridades implementen de inmediato campañas educativas dirigidas específicamente a las familias.
2. Capacitación técnica especializada para los agentes de tráfico encargados de hacer cumplir la ley, garantizando que puedan determinar con certeza si una silla está instalada correctamente y si se está utilizando adecuadamente.
3. Reducción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) aplicado a los sistemas de retención infantil. Países como Reino Unido, Portugal, Croacia y Polonia ya han adoptado esta medida, reconociendo que el alto gravamen actual del 21% convierte estos dispositivos en productos de lujo, fuera del alcance de muchas familias. Esto impulsa a algunas familias a buscar alternativas de segunda mano o en portales de venta online extracomunitarios, lo que aumenta los riesgos para la seguridad de los niños.